La visualización. Algo que parece tan sencillo, pero que muy pocos deportistas hacen o, más bien, muy pocos le sacan el beneficio que puede dar. Nuestro cerebro es impresionante por todas las herramientas que nos permite utilizar y desarrollar. Visualizar es una de ellas y, en el deporte, tiene mucha importancia.
En una entrevista a Enhamed Enhamed, mejor nadador paralímpico español, le preguntaron lo siguiente sobre una de las pruebas más importantes de su carrera profesional:
“No todo es cuestión de vista. En realidad, es cuestión de visión”.
Enhamed sufrió desprendimiento de retina y se quedó ciego a los ocho años. Una lección para nosotros que hable de visión de esta forma. En este vídeo, sorprende la cantidad de veces que pudo visualizar la prueba, pero lo que más nos gusta es esa frase.
Visualizar no es tener un 100% de vista, no importa cuánto sea capaz de ver un deportista o cualquier persona (su agudeza visual). Se trata de la capacidad de representar en su mente, todo lo que debe hacer y ocurrir durante una acción o, en este caso, durante una secuencia de cualquier deporte. Cuanto más precisa sea esa visualización, más exacta podrá ser su acción cuando la lleve a cabo.
Vayamos más allá. Y es que no sólo se necesita visualizar antes de un partido, de una carrera, de una prueba… también es necesario durante ese tiempo de competición. ¿Cómo piensas que es la visualización del campo de fútbol de Messi? ¿Cómo tiene en la mente el juego de su equipo Lebron James? Federer o cualquier deportista top, da igual donde estén mirando, tienen controlado todas las partes del terreno donde compiten, tienen visualizado qué pasa y qué puede pasar. Saben dónde están sus compañeros o dónde está su rival. Todo lo tienen visualizado.
Podrás pensar… Estás hablando de es Messi, de Lebron, de Federer, deportistas leyendas… es cierto, pero, ¿por qué no se puede visualizar cada acción que se realiza? ENTRENAR LA VISUALIZACIÓN. Ser mejor en cada aspecto que nuestro cerebro nos permita.
Lo físico y técnico, ya se entrena cada día, muchas horas. Sin embargo, ¿qué pasa con lo que nuestro cerebro nos permite mejorar?
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